Translate my blog

Mostrando entradas con la etiqueta Lancaster University. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lancaster University. Mostrar todas las entradas

sábado, 30 de abril de 2016

El Programa Erasmus de los docentes: mi experiencia de profesor visitante en la Universidad de Pescara

   Uno de mis mayores lamentos como estudiante fue el no haber tenido la oportunidad de disfrutar de una estancia en otro país europeo con las famosas Becas Erasmus. Los incipientes programas que se hicieron me pillaron ya tarde y, además, por mucho que ahora pueda sorprender (sobre todo a los de las generaciones obligadas a emigrar de España por las lamentables políticas de empleo de nuestros sucesivos des-gobiernos), en aquel entonces el universitario cañí era bastante poco proclive a este tipo de experiencia, influido también, cómo no, por las enormes trabas académicas y burrocráticas (no, no es errata) que uno se encontraba para todo. Pero el problema principal seguía siendo el mencionado en primer lugar: los estudiantes españoles, sobre todo comparados con los anglosajones (y aun europeos en general), éramos más de pueblo que las amapolas. Y como dice el refrán castellano, vaya otra vez el burro por delante para que nadie se espante.


   Con todos los factores negativos que ha traído (como la esclerotización del profesorado universitario, convertido en rellenadores de informes burrocrátas y absurdos que para nada valen y nadie lee; pero dejemos esto para otro momento), la tabula rasa que supuso la adopción del sistema europeo de educación, lo que conocemos con el nombre de Proceso de Bolonia, hizo posible que aquellos amapolitos poco a poco se fueran desperezando hasta la eclosión actual del Programa Erasmus. Tampoco es que sea la panacea universal, y son enormes y razonadas las críticas de los estudiantes hacia este modelo universitario (como bien se demuestra aquí). Pero la movilidad fomentada por los Erasmus al menos ha permitido que los europeos comprueben por sí mismos cómo se hacen las cosas en otros lugares y que, contrariamente a lo mantenido por los des-gobiernos de cada país, no hay una y única forma de enfocar los estudios, y la vida, por añadidura. Hay muchas más y todas ellas son igualmente válidas.


   Este año he podido sacarme la espina y por fin proceder con mi ansiada estancia Erasmus. Ha sido mediante un acuerdo que mi actual universidad, Lancaster University, ha firmado con la Università degli Studi "Gabriel D'Annunzio". De las dos ciudades en que este centro tiene campus, Chieti y Pescara, me incliné por ir a esta última, decisión motivada porque allí da clases uno de los mayores expertos en poesía de cancionero que he conocido: Marcial Rubio Árquez, este caballero tan elegante que fuma en pipa a imagen y semejanza de nuestro comúnmente añorado Umberto Eco.


  Así que después de unos cuantos papeleos burocráticos (esta vez sin doble erre), empecé viajando en avión a Roma, por aquello de que hay que economizar y el máximo beneficiado por el programa Erasmus, el señor Ryanair, es el que tiene los vuelos más baratos entre Inglaterra e Italia. Con todas las incomodidades que supone viajar en el equivalente a las auriseculares galeras de Argel, lo cierto es que no me puedo quejar: visitar la Ciudad Eterna es siempre una bendición, aunque solo sea por unas horas.


   El viaje en autobús desde Roma hasta Pescara es cómodo, de apenas dos horas, y tiene el atractivo de recorrer el país casi desde el Tirreno hasta el Adriático, pasando por los Apeninos y los Abruzzos. Entre ríos, valles y pueblecitos encaramados en las montañas, como Roccacasale, el trayecto se disfruta como si uno estuviera en una novela de Edmondo de Amicis y fuese el mismísimo Marco.


   En Pescara encontré una ciudad portuaria típica, más grande de lo que esperaba, con el encanto que dan a tales núcleos urbanos todo el aparejo de los enseres de navegación, el barullo de los puestos de pescado, la actividad mercantil de los barcos y, por supuesto, las alegres caminatas por los paseos marítimos. Aunque el clima era todavía un poco frío cuando yo estuve, es fácil imaginar cómo será este sitio en verano: con todo el mundo disfrutando de playas y de gelatto.

  


  La universidad es pequeña pero dinámica, de fácil acceso y muy bien equipada en términos tecnológicos. Para empezar, se encuentra localizada en el centro mismo de la ciudad. Tal vez por deformación Complutense, siento debilidad por las universidades que están dentro de las ciudades, y no en lugares exentos y apartados. Me parece que las acerca más a todo el mundo y no las convierte en centros elitistas. Además, aunque no iba a estar por mucho tiempo, mis anfitriones del Dipartimento di Lingue, Letterature e Cuture Moderne tuvieron la amabilidad de facilitarme una oficina con mesa y ordenador para trabajar. En realidad solo necesitaba una tabla para apoyar mi portátil y apenas utilicé el que me dieron, pero el agradecimiento es el mismo.



  Gracias al programa organizado por el profesor Rubio Árquez, pude enseñar varias clases de cultura española de la Edad Media y los Siglos de Oro, además de dar una conferencia sobre Humanidades Digitales y su aprovechamiento en el estudio de tales materias. Me llamó mucho la atención lo altamente participativos que fueron los estudiantes italianos, sobre todo en la última sesión. Se ve que ahora que ya parece que vamos a comenzar a desenmascarar a los impostores que han abusado de tal etiqueta, la deconstrucción de las Humanidades Digitales va a tener que pasar, desde luego, por aquellos a quienes Marc Prensky denomina como "nativos digitales", pues a ellos es más difícil engañar.


 


  Aunque el acuerdo que hemos firmado por el momento solo incluye intercambio de profesores, estamos por ambas partes deseosos de extenderlo hacia los estudiantes, de forma que los nuestros puedan cursar italiano y español en Pescara y los italianos puedan venir a aprender inglés y otras materias a Lancaster. Desde luego, la idea esencial con la que regreso después de mi estancia es la de fomentar en lo posible tales vínculos. En términos educativos y casi, casi intelectuales, si algo queda de esa idea magnífica (vejada por sus miserables políticos, para no variar) de una Europa unida en su diversidad por rasgos culturales que asemejan a todos sus miembros, es precisamente el matiz que aporta el Programa Erasmus a todos los estudiantes que han pasado por él. Y esto es el logro más alentador del programa, incluidos a los profesores, cuando acudimos a ver cómo se enseña y qué en otros países que no son donde nosotros damos clase. Por más que los adláteres de la zoquetuda liberalidad pseudoeconómica gruñan quejándose de que los Erasmus solo son jóvenes de juerga y bebiendo alcohol pagados por sus impuestos, la realidad es otra bien distinta. Si os parece, intensitos macroeconómicos, cuando acaban su día de estudio los estudiantes se van a encerrar en un monasterio a copiar manuscritos a pluma de ganso... 


  En fin, dejemos de dedicar tiempo a quienes no lo merecen. Vaya un spritzer con Aperol y Campari para todos vosotros, queridos lectores, en celebración de mi primera estancia Erasmus como profesor. Y vaya también el brindis para expresar el deseo de que se sigamos colaborando con la Universidad de Pescara en el futuro.



miércoles, 14 de octubre de 2015

Nuevo año escolar, nuevo curso: brujería, herejía e inquisición en la Europa medieval y moderna

  Como ya he dicho alguna otra vez en este blog, por mucho que nos tomemos las uvas en diciembre, como todo el mundo, para un profesor universitario el año empieza entre septiembre y octubre, con el comienzo del curso escolar. Este año, para cambiar un poco la perspectiva de lo que he enseñado antes, y también para ni aburrirme yo ni aburrir a mis estudiantes, voy a dar por primera vez un curso en el que hablaremos sobre brujas (y brujos), herejes (pero no de herejas) e inquisidores (inquisidoras no recuerdo que hubiera, a pesar de que gramaticalmente exista el término). Como anécdota curiosa, meses atrás, hurgando entre mis muchas cajas de cedés musicales todavía  sin colocar, encontré por casualidad (o no), los grandes éxitos del gran Steve Miller y sus muchachos, que me acompañaron bastantes veces durante este verano (ya sabéis, esos tres meses que dicen las malas lenguas que los profesores no trabajamos), mientras que diseñaba el curso y establecía lecturas primarias y secundarias. Así que vamos a empezar con él para poner banda sonora a esta entrada. Sí, cierto: es uno más de aquellos vídeos ochenteros que apenas se dejan ver hoy día sin troncharse de risa, pero hay que disfrutarlos de tan horteras que son.


  En el temario del curso (que se puede consultar completo aquí) vamos a analizar varios de los más famosos casos de herejía, brujería e inquisición de la Historia de Europa entre los siglos XIII y XVII, así como su reflejo en la literatura de la época en que se produjeron.


  
  Empezamos la semana pasada con el marco teórico y conceptual de los elementos a analizar, y estos días ya nos hemos metido en harina de la buena, estudiando la Divina Comedia de Dante y, sobre todo, su mención a Fray Dulcino de Novara y el movimiento igualitario de los Pseudo-Apóstoles. Para calibrar mejor su calado, he utilizado algo que seguro tenéis todos en mente: la famosa escena de "Penitenciàgite!" que sale en la magnífica versión cinematográfica de El nombre de la rosa, la novela de Umberto Eco llevada a la gran pantalla por Jean-Jacques Annaud.


  Trabajar con películas es uno de los elementos novedosos de este curso. Cada semana, para cada lectura y cada época, los estudiantes tienen un film sugerido para ver y comprender mejor el entorno histórico y cultural en el que nos vamos a ver con las lecturas. Por ejemplo, la semana que viene trabajaremos con los Geisslerlieder alemanes, los cantos de los flagelantes, para lo cual nos serviremos de algunas imágenes del clásico de Bergman, El séptimo sello, como por ejemplo su magnífica escena inicial.



  Uno de los mayores atractivos de diseñar este curso fue la posibilidad de cubrir las lenguas y literaturas de mi época de especialidad (Edad Media y Siglo de Oro), en las cuatro lenguas (italiano, alemán, español y francés, además del inglés, nuestra lingua franca) que se enseñan en mi actual casa, el Departamento de Lenguas y Culturas Extranjeras de la universidad de Lancaster. Los textos se leen en el idioma original en que fueron compuestos (versión modernizada en algunos casos) y en inglés actual. Por ejemplo, esta es la obra que analizaremos correspondiente a la literatura francesa: la Ballade des dames du temps jadis, de François Villon, en el que aparece el personaje a estudiar, Juana de Arco.


  
  El momento más especial del curso va a ocurrir durante la penúltima semana de clase. Primero, porque hablaremos de las brujas locales (con perdón), es decir, de las famosísimas Pendle Witches, uno de los casos más y mejor documentados en Inglaterra relativo a brujería, que tuvo lugar aquí, en Lancaster, durante el año 1612. Pero lo que hará más especial la ocasión es que celebraremos la clase precisamente en el mismo lugar en el cual el juicio tuvo lugar: en el castillo de Lancaster.



  En la primera parte de la sesión, visitaremos las mazmorras en las que las Jennet Preston y las demás acusadas fueron encerradas y sufrieron tormento.



  Poco después, el director del museo del castillo, Colin Penny, nos dará un charla acerca de aquellos sucesos en el mismo lugar donde las brujas fueron juzgadas: la corte judicial de la corona británica situada en el castillo del Duque de Lancaster.



  Como es costumbre en mis clases, los temas semanales están abiertos a discusión académica pública. Por lo tanto, cualquier lector con un mínimo de conocimientos (para empezar, de inglés, lengua en la que se imparten las clases) podrá participar con nosotros y seguirnos en Twitter a través del hashtag general del curso (#DELCwitchcraft15) y de los generales de cada semana. Aquí abajo podéis ver una muestra de los temas y debates que hemos tenido hasta ahora; comprobaréis que mis estudiantes conforman un grupo de animoso, participativo y, sobre todo, con muchas ganas de aprender, incluyendo también el uso de nuevas tecnologías. 



  
  Así que animáos a participar. ¿O es que vais a encontrar algo mejor en Twitter que hablar de brujas, herejes e inquisidores conmigo y mis estudiantes? ;-) 

martes, 26 de mayo de 2015

#Congresos: I Seminario de Cultura y Artes Visuales Hispánicas en Lancaster University

  La semana pasada tuve el placer de organizar un seminario en mi lugar de trabajo, el Departamento de Culturas y Lenguas Europeas de Lancaster University, para que mis estudiantes pudieran disfrutar de otras opiniones, mucho más expertas y autorizadas que la mía, en los temas relativos a la cultura hispánica del siglo XX. Llevo muchos años enseñando historia y literatura de épocas cronológicamente muy alejadas de mi especialidad, la Edad Media, y aunque no tengo mayor problema en hacerlo, siempre prefiero que mis estudiantes tengan otras perspectivas de quienes sí son expertos en tales asuntos. Por eso me decidí a organizarlo.

  El primer invitado fue Eduardo Tasis, lector de español en la Universidad de Central Lancashire, situada en Preston, muy cerca de Lancaster. Nos habló de sus investigaciones más recientes, basadas en la literatura de la segunda generación de españoles exiliados en México, que quizá precisamente por no albergar en su seno miembros tan llamativos como sí los había en los primeros exiliados al final de la guerra civil (el caso del cineasta Luis Buñuel es el más representativo), sus obras han merecido menos atención por parte de la crítica. Eduardo ya ha escrito un libro sobre algunos de estos autores, como Tomás Segovia y Angelina Muñiz Huberman, y nos explicó la sensación de vacío que existe en algunos de estos creadores españoles que abordaron las inquietudes del exilio a través de la narrativa y del cine.




  Los estudiantes de primero y de último año que vinieron a la charla, junto con otros profesores de Lancaster University y de UCLAN Preston, prestaron mucho interés a la charla de Eduardo, como se pudo comprobar en el coloquio posterior, en el que la presencia de algunos hijos de inmigrantes españoles que habían sufrido más o menos una situación de vacío idéntica durante su infancia en Gran Bretaña añadió un toque de interés a las preguntas de los asistentes.

  Nuestro segundo invitado fue Luis Pascual Cordero Sánchez, lector de español en la Universidad de Manchester, que nos habló de uno de esos poetas andaluces que él tan bien conoce por haber sido objeto de su tesis doctoral. Bueno, quizá el más universal de todos ellos: Federico García Lorca. Su charla se basó en la recuperación de su figura hecha por parte del mundo cultural hispánico después de la Transición, tanto en el cine como en la televisión, quizá para contraponerlo con los anteriores mitos del Franquismo, más basados en heoricidades castizas que en la delicadez del poeta y dramaturgo granadino.



 En su caso, el debate posterior se centró en las famosas imágenes del poeta que circulan por Internet, apenas una muestra del genio que logró atesorar, y por supuesto en el reciente descubrimiento documental en el que se prueba de forma innegable que el asesinato de García Lorca fue una orden del poder franquista llevada a cabo por su más repugnante brazo ejecutor, el falangismo. La manipulación posterior de su figura también fue debatida por nuestro ponente y mis alumnos, que hicieron muy buenas preguntas demostrando su conocimiento de los temas que iban a ser próximo objeto de su examen final en el curso que les he enseñado, del que ya hablé aquí. Al margen de que creo que ha sido muy beneficioso para ellos, les estoy muy agradecido por su asistencia y por sus incisivas preguntas a los conferenciantes. Y, por supuesto, quedo igualmente agradecido a Eduardo y a Luis por su presencia aquí para compartir sus investigaciones con nosotros.


  El seminario resultó un éxito, tanto que ya estoy empezando a planear el del año que viene. No obstante, me gustaría introducir algunos cambios, sobre todo porque estos días viene circulando por Internet un interesante texto, publicado como artículo de opinión en el New York Times, llamado El manifiesto contra las conferencias (puedes leerlo aquí en inglés). Me parece muy interesante, sobre todo porque algunos puntos los pensamos todos y ninguno se atreve a cambiar un modelo de lectura magistral que, desde luego, está bastante pasado. No fue el caso de las charlas de Eduardo y de Luis, cordiales y abiertos a todas las preguntas que recibieron, de modo que estoy seguro que no les hubiera importado variar el modelo más trasnochado de hacer estas cosas académicas. Por lo tanto, para el año próximo estoy pensando en modificar la estructura de este seminario y hacer algo así como una mesa redonda, en la que todos, estudiantes, profesores y conferenciantes, estemos sentados al mismo nivel. Previamente, los ponentes habrán dado a leer sus textos a los estudiantes y a los demás asistentes, que acudirán a la charla con los materiales trabajados y preparados. De esta manera, podremos todos comentar los puntos principales, los puntos divergentes, y trabajar con más aprovechamiento sobre nuestras dudas, nuestras preguntas, nuestras observaciones... Puede parecer muy moderno, pero en realidad no es otra cosa sino volver a la mayéutica socrática de la Antigüedad Clásica.


  Estas son mis ideas, claro, pero estaría encantado de escuchar las vuestras. ¿Qué os parece? ¿Cuál es vuestra opinión al respecto de variar el obsoleto formato de estas conferencias académicas? ¿Os gustan más las lecturas magistrales? ¿Por qué sí o por qué no? No te cortes, seas estudiante o profesor, o solo un lector del blog, deja tu opinión y la tendré en cuenta, con todo mi agradecimiento, por supuesto :-)