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martes, 26 de mayo de 2015

#Congresos: I Seminario de Cultura y Artes Visuales Hispánicas en Lancaster University

  La semana pasada tuve el placer de organizar un seminario en mi lugar de trabajo, el Departamento de Culturas y Lenguas Europeas de Lancaster University, para que mis estudiantes pudieran disfrutar de otras opiniones, mucho más expertas y autorizadas que la mía, en los temas relativos a la cultura hispánica del siglo XX. Llevo muchos años enseñando historia y literatura de épocas cronológicamente muy alejadas de mi especialidad, la Edad Media, y aunque no tengo mayor problema en hacerlo, siempre prefiero que mis estudiantes tengan otras perspectivas de quienes sí son expertos en tales asuntos. Por eso me decidí a organizarlo.

  El primer invitado fue Eduardo Tasis, lector de español en la Universidad de Central Lancashire, situada en Preston, muy cerca de Lancaster. Nos habló de sus investigaciones más recientes, basadas en la literatura de la segunda generación de españoles exiliados en México, que quizá precisamente por no albergar en su seno miembros tan llamativos como sí los había en los primeros exiliados al final de la guerra civil (el caso del cineasta Luis Buñuel es el más representativo), sus obras han merecido menos atención por parte de la crítica. Eduardo ya ha escrito un libro sobre algunos de estos autores, como Tomás Segovia y Angelina Muñiz Huberman, y nos explicó la sensación de vacío que existe en algunos de estos creadores españoles que abordaron las inquietudes del exilio a través de la narrativa y del cine.




  Los estudiantes de primero y de último año que vinieron a la charla, junto con otros profesores de Lancaster University y de UCLAN Preston, prestaron mucho interés a la charla de Eduardo, como se pudo comprobar en el coloquio posterior, en el que la presencia de algunos hijos de inmigrantes españoles que habían sufrido más o menos una situación de vacío idéntica durante su infancia en Gran Bretaña añadió un toque de interés a las preguntas de los asistentes.

  Nuestro segundo invitado fue Luis Pascual Cordero Sánchez, lector de español en la Universidad de Manchester, que nos habló de uno de esos poetas andaluces que él tan bien conoce por haber sido objeto de su tesis doctoral. Bueno, quizá el más universal de todos ellos: Federico García Lorca. Su charla se basó en la recuperación de su figura hecha por parte del mundo cultural hispánico después de la Transición, tanto en el cine como en la televisión, quizá para contraponerlo con los anteriores mitos del Franquismo, más basados en heoricidades castizas que en la delicadez del poeta y dramaturgo granadino.



 En su caso, el debate posterior se centró en las famosas imágenes del poeta que circulan por Internet, apenas una muestra del genio que logró atesorar, y por supuesto en el reciente descubrimiento documental en el que se prueba de forma innegable que el asesinato de García Lorca fue una orden del poder franquista llevada a cabo por su más repugnante brazo ejecutor, el falangismo. La manipulación posterior de su figura también fue debatida por nuestro ponente y mis alumnos, que hicieron muy buenas preguntas demostrando su conocimiento de los temas que iban a ser próximo objeto de su examen final en el curso que les he enseñado, del que ya hablé aquí. Al margen de que creo que ha sido muy beneficioso para ellos, les estoy muy agradecido por su asistencia y por sus incisivas preguntas a los conferenciantes. Y, por supuesto, quedo igualmente agradecido a Eduardo y a Luis por su presencia aquí para compartir sus investigaciones con nosotros.


  El seminario resultó un éxito, tanto que ya estoy empezando a planear el del año que viene. No obstante, me gustaría introducir algunos cambios, sobre todo porque estos días viene circulando por Internet un interesante texto, publicado como artículo de opinión en el New York Times, llamado El manifiesto contra las conferencias (puedes leerlo aquí en inglés). Me parece muy interesante, sobre todo porque algunos puntos los pensamos todos y ninguno se atreve a cambiar un modelo de lectura magistral que, desde luego, está bastante pasado. No fue el caso de las charlas de Eduardo y de Luis, cordiales y abiertos a todas las preguntas que recibieron, de modo que estoy seguro que no les hubiera importado variar el modelo más trasnochado de hacer estas cosas académicas. Por lo tanto, para el año próximo estoy pensando en modificar la estructura de este seminario y hacer algo así como una mesa redonda, en la que todos, estudiantes, profesores y conferenciantes, estemos sentados al mismo nivel. Previamente, los ponentes habrán dado a leer sus textos a los estudiantes y a los demás asistentes, que acudirán a la charla con los materiales trabajados y preparados. De esta manera, podremos todos comentar los puntos principales, los puntos divergentes, y trabajar con más aprovechamiento sobre nuestras dudas, nuestras preguntas, nuestras observaciones... Puede parecer muy moderno, pero en realidad no es otra cosa sino volver a la mayéutica socrática de la Antigüedad Clásica.


  Estas son mis ideas, claro, pero estaría encantado de escuchar las vuestras. ¿Qué os parece? ¿Cuál es vuestra opinión al respecto de variar el obsoleto formato de estas conferencias académicas? ¿Os gustan más las lecturas magistrales? ¿Por qué sí o por qué no? No te cortes, seas estudiante o profesor, o solo un lector del blog, deja tu opinión y la tendré en cuenta, con todo mi agradecimiento, por supuesto :-)

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Creo que los seminarios deberían contener más de una disciplina y estar a cargo de más de un profesor; esto los enriquecería.
    En cuanto a las conferencias, pienso que sería más productivo si los asistentes fueran a la ponencia con los textos ya leídos, lo que facilitaría la discusión.

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  3. Muchas gracias por tu comentario, Noemí. Tendremos que ver cómo mejoramos un modelo que está ya más que anquilosado y no resulta de ningún interés para los estudiantes. Desde luego situarlo todo a un nivel de discusión ayuda, pero habrá que hacerlo atractivo previamente, porque si no corremos el riesgo de que la participación sea escasa. El año que viene lo organizaré de otra manera, ya veremos cómo sale :-)

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